by Marc
Casanovas, es impulsor del Seminario Ítaca de Educación Crítica (SIEC) y
redactor de la revista Viento Sur
El
pasado sábado 25 de marzo se realizaron en Barcelona, de forma simultánea y en
paralelo, dos importantes debates sobre el futuro de la educación en Catalunya.
Por
una parte, en el edificio de CosmoCaixa, culminaba “Ara és demà”, un proceso de
reflexión impulsado por el Departament d’Ensenyament y el Consell Escolar de
Catalunya que a partir de 5 personalidades y sus respectivas ponencias pretende
dibujar en clave constituyente la arquitectura de la educación de la futura
república catalana. En teoría, este debate se planteaba como un proceso
participativo abierto a entidades y particulares de la sociedad civil donde
cada uno podría hacer su aportación. Pero en la práctica el proceso de
discusión ha quedado bajo el control total de los ponentes propuestos desde
arriba que son libres de aceptar o desestimar las aportaciones que les van
llegando. (...)
Por
otra parte, decíamos, el mismo día y a la misma hora, pero no en el mismo lugar
sino en un instituto público de un barrio obrero de Barcelona (ya en sí toda
una metáfora de las dos realidades que se confrontan) se celebraba el “Debat
extraordinari sobre l’educació pública catalana”. Un debate alternativo al
institucional, abierto a todas e impulsado por todos los actores que han
luchado por la educación pública en los últimos tiempos: Assemblea Groga,
Ampas, sindicatos, asociaciones de vecinos, Xarxa d’escoles insubmises…y un
larguísimo etcétera. Como el mismo manifiesto rezaba: “Este debate nace como
una denuncia y alternativa a “Ara és demà” para reconducir el debate a aquellos
temas pedagógicos, políticos y sociales que preocupan a la comunidad educativa
que cree en la escuela pública y da la palabra a esta misma comunidad”.